martes, 27 de noviembre de 2012

Pilares de la cosmovisión posmoderna



Se ha de entender por cosmovisión la percepción del hombre con respecto al universo y de su afán por entenderlo hasta un punto absoluto, cuestión bastante compleja e irónicamente inexacta que ha tocado cada pequeña parte de la evolución histórica de la mente occidental.

La denominada mentalidad posmoderna, con sus múltiples y variados contextos y su situación intelectual enteramente compleja y ambigua, no es más que la suma de muchas corrientes intelectuales y culturales que han estado presente en el hombre desde la cosmovisión griega clásica hasta la que hoy se conoce como posmoderna. ¿Es entonces la gestación de la cosmovisión posmoderna una verdad absoluta y singular? Para poder responder esta pregunta es necesario tener en cuenta el inicio de los pilares de la mente occidental, como también su progreso intelectual al pasar de los años y al pasar de la civilización de occidente.

A través de los años, y como comienzo central de la gestación de la mentalidad posmoderna, fueron los griegos quienes se preguntaron por primera vez su visión del mundo con un constante desarrollo e iluminación magnífica, y que durante muchos años fueron considerados erróneos e incorrectos en su percepción, son ahora para muchos, la base central de la cosmovisión actual.

Visto entonces de esta manera, son los griegos los que dieron inicio a una sucesión de cambios y eventos en la historia, una historia en la que el idealismo metafísico se contrarrestó con el escepticismo secular haciendo del hombre un ser más pequeño con respecto a su naturaleza. La crisis del antropocentrismo con la teoría heliocéntrica desbancaría al hombre como punto central en el universo; La teoría de la evolución, con los estudios de Darwin sobre la selección natural, desplazaría al hombre como foco privilegiado de la creación. Por último, sería Freud quien pondría en el punto extremo de su existencia al hombre, uno racional y consciente, pero con una fuente de experiencias y sentimientos inconscientes desconocidos para él mismo.

Cambios tan mínimos como darse cuenta de que eres uno más de la naturaleza y que existe mucho más allá de lo que te rodea fueron, en términos de evolución, el motor que despertó un principio de incertidumbre en las cosmovisiones griega clásica, la medieval e, incluso, la moderna.

Es importante destacar también que a través de esta nueva concepción del universo y de las mil y una pregunta que se hacía la sociedad occidental sobre el significado y sentido de su existencia dieron paso a varios cambios de focos de fe en la percepción de a quién o qué se debía creer en el transcurso de la evolución, como en el momento justo en que el cristianismo en la época medieval se presentó a la humanidad como fuente de respuestas a sus preguntas. Un cristianismo pluralista en sus orígenes, pero monolítica en su forma desarrollada que regiría el espíritu europeo hasta el Renacimiento.

La gestación medieval cristiana de la cultura europea llegaría a un umbral crítico a través de la caída del Imperio Romano con la toma de Constantinopla. Fue así como, entre los siglos XV y XVII, Occidente presenciaría el surgimiento de un ser autónomo y con renovada consciencia de sí mismo, de un ser humano curioso acerca del mundo y confiado en sus propios juicios.

Es así como la ciencia se presentaría como gracia salvadora de la nueva mentalidad (Tarnas, 2001) y sería el hombre, a través de la ciencia, quien respondería ahora a esas preguntas existenciales, preguntas que las cosmovisiones antigua y medieval mostraban de una manera primitiva, supersticiosa, infantil y opresora.

En conclusión, y sin profundizar más en el tema, se puede dar a entender que fue entonces los cambios en la mentalidad a través de su afán por responder esas preguntas existenciales y los cambios de fe los que marcaron cada etapa de la evolución de las cosmovisiones hasta la que hoy conocemos como mentalidad posmoderna.

Reseña: Los niños invisibles (película)





La ingenuidad es un estado de inocencia que se instala en la mejor época de nuestras vidas, la infancia; es así como Lisandro Duque Naranjo, director de cine colombiano, lleva a la pantalla grande una de sus mejores obras, Los niños invisibles. Obra que por su buen trabajo cinematográfico ha ganado múltiples galardones como el premio a la mejor película colombiana en el XVIII Festival de Cine de Bogotá (2001), premio al mejor guion en el Festival de Cine para la Infancia de Olimpia, Grecia (2002), entre otros.

La historia se sitúa en los años 50 en un pequeño y alejado pueblo de Colombia llamado Ambalema que, como es obvio por la época, sufre un conflicto entre los liberales y los conservadores por instaurar el mejor ideal político, además de que en dicho momento y lugar surge la formación de zonas de autodefensa y en la que aparecería el primer grupo armado comunista en la lucha por la caída del actual presidente, Gustavo Rojas Pinilla.


Rafael, un niño de siete años e hijo único de una familia promedio de Ambalema se embarcará en una aventura de osadía e ingenuidad infantil por lograr su más puro e inocente deseo, estar más cerca de su vecinita, Martha Cecilia, de quien está enamorado y a la que espera no lo detecte en su cercanía. Él, junto con sus dos amiguitos, Fernando y Gonzalo, se obsesionan con la idea de ser invisibles y poder hacer muchas travesuras con ello. Uno de ellos comenta que existe una manera de lograrlo y que alguien vende esa propuesta. Rafael acepta la misión y va en busca del vendedor del producto quien sería un “culebrero”. Al estar allí descubre que la forma de hacerse invisible es a través de un folleto de magia negra y que es solo para adultos. En último momento, consigue obtenerlo y revela que para poder continuar con su cometido deberá hacer la primera comunión y poder estar absuelto de pecados cada vez que los cometa.


Luego de haber comulgado por primera vez, Rafael estará listo para darle lectura y acción a dicho folleto. Les contará a sus amigos y estos poco crédulos rechazarán la oferta, pero al tiempo la aceptarán y jurarán lealtad a ello. Para poder hacerse invisibles deberán robarse una gallina y sacarle la molleja¸ sacrificar un gato y extraerle el corazón, y quitarle a un escapulario la foto de la Virgen del Carmen para colocar allí las vísceras de los animales sacrificados. Todo esto en un día de luna llena y a medianoche en un cementerio. Es así como cada niño se encargará de lograr los objetivos y  darán inicio a la traviesa y pecadora aventura que con la ayuda de las fuerzas de la oscuridad se harán invisibles.


Tras haber sufrido las grandes tribulaciones que implicaba conseguir los ingredientes del maleficio, Rafael y sus amigos se ven en la tarea de completar el hechizo y hacerse invisibles. Al suceder esto, no ven ninguna diferencia y el beneficio de la duda los invade creyendo que no les pudo funcionar. Es por ello que se dispondrán a corroborar el resultado y al otro día estando en la calle, Rafael, quien tiene puesto el escapulario, descubrirá que hasta un ciego lo puede ver. Después de fallidos intentos por saber si el hechizo hizo efecto, Rafael se dirigirá a casa de su amada Martha Cecilia, la cual estaría de cumpleaños y allí pondría fin a su duda. Él se da cuenta de que Martha Cecilia no lo puede ver y se siente mal por ello, pues ahora más que nunca deseaba que en vez de verla a ella, ella lo viera a él. Ya al final de esta confusa situación, Martha Cecilia se aproxima a Rafael y le quita el escapulario afirmándole que ya no necesita ser invisible para ella y que todo está bien.


En definitiva, una gran película. No solo como una historia ficciosa y algo fantasiosa de unos niños en busca de ser invisibles, sino de la carga subjetiva que esta trae consigo. Veremos en ella, como la situación espacio-tiempo muestra una realidad que ya sucedió y que dio comienzo a un hecho importante en Colombia, el surgimiento de las autodefensas. Veremos también la idiosincrasia colombiana del momento y de su disidencia a un gobierno centralista como el de Rojas Pinilla que, como anexo histórico, fue quien inauguró la Televisora Nacional con la primera transmisión del Reinado Nacional de la Belleza de 1954. Del mismo modo, observaremos que dicho conflicto sociopolítico por la implantación de un ideal y el inconformismo de muchos colombianos marcará un hito en la historia de la obra y le dará mucho sentido a la aventura de los tres niños.


sábado, 17 de noviembre de 2012

La eterna vida de la escritura




Sin duda alguna, la escritura ha sido uno de los medios de comunicación humanos más antiguos, y en la que, gracias a un sistema de representación gráfica, se logra una efectiva transmisión de información. Este medio de comunicación ha llegado a ser como una máquina del tiempo real e inmediata, permitiendo comunicarse con los más antiguos personajes de la historia que en algún momento plasmaron todas sus ideas y pensamientos sobre el papel, la roca, e incluso la piel. Se debe tener en cuenta que lo que hace maravilloso a la escritura no es solamente su índole utilitaria a la humanidad para su desarrollo hasta la época actual, sino también ese “toque” artístico del que se sirve un escritor para sacar a flote el espíritu romántico, sutil y bello pero también siniestro del pensamiento humano.

Bien se puede decir que la escritura hace parte fundamental de los procesos cognitivos del humano, pues es a través de estos en los que se reafirma la estructuración del pensamiento. De igual manera, es preciso recordar que la escritura es un conjunto de signos que exhiben una idea, y para alcanzarla se debe pasar por un proceso “construcción mental del pensamiento” que, como punto final, concluiría en una reflejada en lo escrito. Una escritura sin pensamiento es inconcebible. La actividad cognitiva es la primera parte a la hora de escribir, pues se estructuran las ideas a medida que se piensan, y luego se exteriorizan. De este modo,  Alice Pouget de Rodríguez (2009) afirma: “pensar en la posibilidad de un desarrollo cognitivo independiente de la actividad escrita, lleva a pensar en que el ser humano se desarrolle sin la sistematización de sus pensamientos y, en consecuencia, que evolucione sin una expresión” (p. 6).

Ya alejándonos un poco del ámbito teórico se podría decir a grosso modo que la escritura permite, a quien lo hace, crear su propio mundo, liberar el pensamiento y materializar cuanto pensamiento pasa por su cabeza. Su importancia está en que son el hombre mismo en potencia, son sus ojos, sus manos, su corazón, su inteligencia, todo su ser es quien lee y quien escribe. Es él quien hace su propia interpretación de lo leído, es él quien le da vida y hace suyas las letras, es él quien manifiesta su pensamiento, sus acciones, su razón de existir, de ser.

¿Cómo definir a un buen escritor? Una gran pregunta. Algunos consideran que un buen escritor depende de si tiene buena ortografía, gramática, sintaxis, cohesión y de si ha leído incontables libros. Otros, y creo los más acertados, consideran que alguien que sabe escribir conoce muy bien su idioma, utiliza una apropiada combinación de términos, es detallista por excelencia y hace de las ideas algo mágico y atrayente que te atrapa y te mete en la historia haciéndote vivir su mundo, ese mundo que se propuso al escribirlo. Solo me queda decir al último argumento, touché.

"Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras". Estas sabias palabras del escritor y periodista Truman Capote, me llevan a la clara deducción de que la escritura ha llegado a ser un transmisor directo de sentimientos y sensaciones. Algunas son generadoras de zozobra y angustia como Crimen y Castigo de Dostoievski, otras son de simpatía, delicadeza y pudor como Wilde en sus perfumadas obras. Coelho con sus aires de “todo va a estar bien” y Nietzsche con “nada va a salir bien, ni siquiera saldrá”. En tal caso, es el escritor quien a manera muy subjetiva quiere expresar tales sensaciones y que éstas sean sentidas al leerse, pero muchos de ellos, incluso yo, me limito a escribir y dejar salir las ideas sin esperar que “caigan bien”, y solo dando a conocer un punto de vista diferente de la vida. Como bien diría Jean de La Bruyère: “hay que buscar únicamente pensar y hablar 'justo', sin querer atraer a los demás a nuestro gusto y a nuestros sentimientos; es una empresa demasiado grande”.

En conclusión, la escritura desempeña un papel importante en la formación lógica y coherente de nuestro sistema de ideas. El ejercicio de la escritura permite al ser humano alcanzar niveles del conocimiento ilimitados y mucho más amplios que en la lectura,  y que en términos de analizar, condensar, hacer juicios críticos y crear, constituyen al ser humano como el sujeto pensante y racional que sabe que sabe, porque escribe y lee lo que otros una vez escribieron. De igual modo, y ya para finalizar, la escritura permite abrir el corazón, socavar en él y sacar los pensamientos más gratos, felices y hasta retorcidos que en muchas ocasiones ni hablando se logra. Todos estos pensamientos serán llevados al papel y durarán mucho tiempo. Tal vez cien años o incluso más, pero lo que sí es seguro es que será para la posterioridad, porque como dicen por ahí, el papel lo aguanta todo.

lunes, 1 de octubre de 2012

Reseña sobre 1984 de George Orwell



Una historia donde se establece un nuevo mundo bastante irregular, pero ni tan lejos de la realidad, demuestra en claras líneas lo que podría llegar a ser la sociedad si es alcanzada por el despotismo y fanatismo absoluto. El lector puede tomar parte de la obra y verla reflejada en hechos pasados de la historia universal e, incluso, de la actualidad misma. Es así como George Orwell trae a través de su obra cumbre, 1984, una visión medianamente real y bastante objetiva de los límites a los que puede llegar una organización política bien constituida y la manipulación de las masas a través de la propaganda, el miedo y las restricciones absolutas de la libertad humana.


Merecedora de múltiples halagos, críticas y conflictos, 1984, narra la historia de Winston, un ciudadano promedio de 45 años quien vive en una sociedad organizada y completamente cohibida al progreso y desarrollo humano. Dicha estructura social, conservadora en sus principios políticos, pregona un socialismo cerrado al cual llaman SOCING y que con consignas como: “la guerra es paz. La libertad es esclavitud. La ignorancia es fuerza”, transforma la manera de pensar de todos sus miembros. Asimismo, un gran fanatismo hacia su único líder, el Gran Hermano. Una modificación casi imperiosa de lo que fue el pasado y acomodada a conveniencia del régimen. La erradicación total de la libertad de expresión, la opinión y pensamiento analítico del mundo real haciendo ver a todos (así no lo crean) que el mundo que han instaurado es de completa realidad.


Dicha obra está ubicada en la época de 1984, en la que tras diversos conflictos, tanto políticos como bélicos, se implanta la división del mundo en tres grandes potencias: Asia Oriental, Oceanía y Eurasia, sumándoles a ellas algunos territorios en disputa. Así es como se presenta la vida de Winston, un funcionario público del partido que ejerce en el Departamento de Documentación de Oceanía (territorio ocupado por el partido SOCING), quien vivió de manera normal mucho antes de tal dominio político. Heterodoxo en su manera de pensar con respecto al partido, ya que no cree en ellos, pero debe mantenerse sumiso o, de otra forma, acabaría siendo acusado de “crimental”. Un rebelde al sistema, pero sólo de pensamiento, pues guarda en ellos todo el rencor que les tiene y a su máximo líder, el Gran Hermano. Posee las esperanzas de que exista, en algún lugar de Oceanía, una hermandad que apoye su idea y que algún día todo pueda acabar.

Así mismo, como en muchas obras de este género, el protagonista principal, por medio de una situación “causal”, conoce a Julia, una empleada del partido perteneciente a la Joven Liga Anti-Sexo quien tampoco lo apoya, pero se limita sólo a seguir su vida. El Partido, por otra parte, tiene como objetivo no simplemente evitar que hombres y mujeres formen alianzas que él no pueda controlar, sino también eliminar del acto sexual cualquier rastro de placer, pues su único objetivo era el de engendrar hijos para el servicio del mismo. Dicha esta situación, Winston se verá implicado en una aventura romántica bastante peligrosa en la que a través de la astucia y viveza de Julia lograrán consumar su incómodo amor.

Tras muchas maquinaciones mentales de Winston por lograr su objetivo, conoce a O’Brien, un empleado de alto rango en el Partido, quien, al parecer, es un disidente más perteneciente a la deseada “hermandad”, el cual le ofrece su amplia ayuda por acabar con el SOCING. Como es de esperarse, Winston y Julia son engañados y apresados por la Policía del Pensamiento quienes los acusan de crimentales y bipensadores. Ya capturado, Winston pasará por la peores e inhumanas torturas en las que se le sacará toda la información que posea de sus planes íntimos contra el Partido; a su vez, se verá implicado en un adoctrinamiento sanguinario y que por medio de torturas y técnicas mucho más crueles cambiará su forma de pensar del partido hasta el punto de creérselo casi completamente.


En conclusión, una apasionante y enmarañada historia que atrapará a cualquiera que la lea. Un exquisito material histórico y educativo sobre las estructuras piramidales de la sociedad, los límites de la barbarie humana, el significado real de la dignidad y la libertad, y los verdaderos deseos del hombre para el hombre. Como muchas obras cumbre, esta, por su lado, posee infinitas ediciones llevadas a la pantalla grande, pero que no dejarán ver nunca su entrelineado poderoso cargado de energías subjetivas y sentimientos encontrados. En todo caso, es en la lectura de la obra donde se descubrirá si la mentira triunfa sobre la verdad.

Centralismo, calvario venezolano


Como en muchos momentos y en muchos lugares, ha sido el centralismo ese sistema de organización estatal cuyas decisiones de gobierno son únicas y emanan de un mismo centro, sin tener en cuenta las diferentes culturas o pueblos a quienes afecta, la piedra angular de fracasos como también derrotas, modo de vida  y esperanzas de cambio. Cambios que han cambiado, valga la redundancia, tanto la mentalidad venezolana como la concepción de lo que es una política de gobierno para muchos venezolanos. Políticas que han sido manejadas por derechistas e izquierdistas, militares (muchos) y pare de contar. Hechos y personas que han hecho de Venezuela un país distinto  a como es en nuestros días y que merecen estar en la cabeza de cada venezolano, y como lo diría  Elías Pino Iturrieta, “describir el presente y el futuro de un país sometido durante cuatro décadas a un sistema de centralización sumamente fuerte y arraigado”. Es aquí en este ensayo donde recopilaré algunos de los detalles más importantes como también los más trascendentales basándonos en una mirada al centralismo, como también que fue de la democracia en ese entonces. Cabe agregar que está de más mencionar el porqué iniciaríamos hablando de Cipriano Castro.


En la llegada de Castro, este tendría que afrontar un vasto movimiento revolucionario de los viejos caudillos, aliados a compañías extranjeras lesionadas por la política del gobierno. Se conoce con el nombre de La Libertadora y reconocen normalmente como jefe a Matos, el banquero doblado de general. El grupo de los alzados no puede ser más significativo. Liberales de todas las facciones, guzmancistas, crepistas, autonomistas y conservadores tradicionales, aparecen en esta fusión. El caudillisrno, fruto de la guerra federal, de la Revolución de Abril, del legalismo crespista, está dispuesto a derrotar al intruso que no se apoya en ninguno de los bandos clásicos y está sustentado en su propia clientela. Los orientales acuden al mando de Domingo Monagas, Nicolás Rolando y Horacio y Alejandro Ducharne; los centrales con Hernández Ron, Crespo Torres,Blanco Fombona y Ortega Martínez; los guayaneses con Zoilo Vidal, «El Caribe»; los andinos con Juan Pablo y José Manuel Peñalosa; los corianos con Gregorio Riera y Amábile Solagnie. Y con una gran cantidad de caciques menores que aspiran a sitio de primer orden en esta nueva guerra.

A Castro lo acompañan Juan Vicente Gómez, Pedro María Cárdenas, Emilio Fernández, Luis Varela, Jorge Bello, José María García, José Antonio Dávila, Maximiliano Casanova, Pedro Linares, Leopoldo Batista, Mariano García, González Pacheco y Régulo Olivares.

La Revolución Libertadora fracasó después de la sangrienta batalla de La Victoria. Se dispersaron los diversos caudillos, camino de sus respectivos feudos y allí van a ser fácilmente vencidos. Marca ella el colapso de los viejos partidos. Fracasó por la ambición contrapuesta de sus caudillos y abre el camino a la dominación montañesa que, se proyecta en la vida venezolana por más de treinta años.

En resumen, del afrentoso atentado al Derecho Internacional que involucró el bloqueo de las grandes potencias a Venezuela, el resultado para ellas, consistió en que las Comisiones Mixtas al fin convenidas, redujeron en tremendo por ciento las escandalosas pretensiones de sus súbditos: de Bs. 21.421.798,oo que sumaban, le fueron reconocidos en equidad Bs. 16.389.799,oo a alemanes, ingleses, italianos y estadounidenses. La nota digna, en tan tristes sucesos que preludiaron la avalancha de violencia y codicia de la primera mitad del siglo XX con sus guerras mundiales, fue, además de la voluntad de defensa de su territorio y soberanía a toda costa por el pueblo venezolano, el surgimiento de la «Doctrina Drago», erigida por el gran jurista argentino Luis M. Drago, doctrina que en nombre de la Justicia y del Derecho de los pueblos, condena las agresiones sangrientas y brutales con pretexto de deudas.

Así terminó aquel desgraciado suceso. Los inicuos protocolos de Washington y la sentencia del Tribunal de La Haya, consagraron los derechos de las naciones poderosas y venían a darle validez a la ya tradicional costumbre de los países europeos de reclamar con sus cañones las deudas de sus nacionales, desconociendo la soberanía de los países pequeños. El primario nacionalismo de Castro, agudizado por su megalomanía, hizo pasar al país por estas horcas caudinas humillantes y puso en peligro mismo la soberanía nacional. Todavía hay quienes alucinados por la proclama aplauden la actitud de Castro. Lo hubiera sido si, valorando la exacta realidad, le hubiera evitado a la nación, mediante una discreta acción diplomática, las humillaciones posteriores. No quedó curado de ella y al correr de poco tiempo le veremos de nuevo enfrascado en nuevos conflictos. Sin embargo, con su actitud tuvo un momento detrás de sí a la nación venezolana, toda dispuesta a respaldar sus sueños de grandeza, y fue que la agresión extranjera logró despertar en el pueblo las resonancias que en él sembró la gesta libertadora.

El gobierno de Castro no tardó en entrar en conflictos con otros gobiernos extranjeros. Ya para 1908, tiene rotas virtualmente las relaciones con Estados Unidos, Francia y Holanda. Además, una ola de desmoralización invade las esferas gobernantes. En noviembre de 1908, Castro se ve obligado a salir al exterior a tratarse con un especialista y deja encargado del poder a su compadre, el general Juan Vicente Gómez, hombre de toda su confianza.
La Rehabilitación. La salida de Castro provoca una reacción popular, encabezada por el antiguo protegido de Castro. Sin pena ni gloria termina la Restauración y se inaugura el 19 de diciembre de 1908 el gobierno que los nuevos cortesanos bautizaron con el nombre pomposo de rehabilitación nacional.

La reacción contra Castro invadió a la prensa y a la calle. Del «sobreviviente de la República de Platón», como lo llamara cortesanamente Andueza Palacio, sólo quedó el «Extremito» grotesco de Pío Gil.

El 19 de abril de 1910, Gómez es designado Presidente Constitucional. Durante este período en forma taimada va consolidando su poder. Ya para fines de 1913, el periodista Arévalo González es encarcelado por haber lanzado la candidatura presidencial del doctor Félix Montes, quien tiene que huir. Gómez declara la paz pública perturbada por Castro, farsa preparada para perpetuarse en el poder; dejando encargado al doctor Gil Fortoul de la presidencia el 1º de agosto de 1913 hasta el 1º de agosto de 1914, se declara en campaña. La situación la resumió la opinión popular en la conocida frase: «se alzó el gobierno». Esto le sirvió de pretexto para una reforma constitucional que elevó el período constitucional a siete años y fue nombrado para la etapa 1915-1922. Durante esta etapa estuvo encargado del Poder Ejecutivo el doctor Márquez Bustillos, y el general Gómez asumió el comando del ejército.

En 1922, fue nuevamente reelecto por un Congreso dócil, para el período 1922-29. Durante este período, en los años 28 y 29, bambolea la férrea estructura dictatorial con el movimiento estudiantil del 28 y las tentativas armadas de los generales José Rafael Gabaldón y Román Delgado Chalbaud.

En 1929, el Congreso lo reelige de nuevo. Ante su negativa y por sugerencia designa al abogado Juan Bautista Pérez, quien viene a ser el hombre de paja del régimen. En 1931, el Dictador retorna y Pérez es obligado a renunciar. Gobierna hasta 1935, cuando muere en su cama, después de haber establecido una de las más largas y despiadadas autocracias de la historia americana.

Previo a su participación en este alzamiento, Cipriano Castro estuvo exiliado durante 7 años en Colombia (1892-1899), desde donde esperaba para asaltar el poder. En este sentido, la crisis política experimentada por el liberalismo tradicional y el régimen de Ignacio Andrade, permitió el desarrollo cabal del movimiento revolucionario castrista. Desde mediados de1898 sus partidarios en Táchira habían iniciado una gran actividad y se convierten en una célula conspirativa, al observar la fragilidad del gobierno. Por su parte, Castro intenta entonces formar una alianza con otro caudillo tachirense exiliado en Colombia, Carlos Rangel Garbiras, con el objeto de coordinar una insurrección; pero, el fracaso de las conversaciones sobre el particular lo lleva a la determinación de llevar a cabo la invasión con sus fuerzas, en las que figuraban personajes tales como Juan Vicente Gómez, Manuel Antonio Pulido, José María Méndez, Emilio Fernández, Jorge Bello y Pedro María Cárdenas. Tras muchos esfuerzos Castro logra juntar un contingente de unas 60 personas que invaden por la frontera colombiana el 23 de mayo de 1899, cruzando el río Táchira,1 acusando al gobierno de Ignacio Andrade de haber violado la Constitución Nacional de 1893, la cual restauraría el movimiento castrista.

Con la llegada de Castro al poder, se enfrenta a los abusos que pretendían imponer el imperialismo europeo. Como consecuencia de no poder pagar la deuda externa venezolana, los gobiernos de Inglaterra y Alemania proceden a decretar el bloqueo en 1902.
Esta acción se hizo acompañar de nuevas reclamaciones por parte de otras potencias europeas: Italia, Francia, Holanda, Bélgica, España. Sin embargo, el bloqueo no tuvo el efecto esperado debido a la intervención de Estados Unidos a través de su representante en Caracas, Hebert Bowen. El 13 de febrero de 1903 se levanta el bloqueo, luego se convocó a una reunión en Washington con la asistencia de las potencias agresoras, pero Venezuela no acepta. Esta situación provoca que el problema se someta al Tribunal de La Haya, el fallo se produce a favor de los países reclamantes el 22 de febrero de 1904. Esta decisión fue criticada duramente por el Canciller de Argentina José María Drago, a través de una exposición de principios que pasó a la historia como “Doctrina Drago”. En la misa se exponía la necesidad de defender las soberanías nacionales de los países pobres frente a los poderosos además consideraba ilegal el procedimiento aplicado para cobrar las deudas contraídas por los países latinoamericanos.

A lo largo de los años 1905 hasta 1910 las notas diplomáticas, las amenazas y el envío de agentes especiales del Departamento de Estado norteamericano no pudieron modificar la posición nacionalista de Cipriano Castro, esto hizo que su política creara un aislamiento internacional en torno a Venezuela a pesar del otorgamiento de concesiones a compañías extranjeras.

En 1906 se interrumpen las relaciones internacionales con Colombia por la incursión de ciudadanos colombianos a territorio nacional.     
En 1908 rompe relaciones con Holanda por el envío de informes desfavorables del gobierno, esto demuestra la poca coherencia e ignorancia en cuanto a diplomacia se refiere. Sin embargo, al asumir el poder Juan Vicente Gómez, lo primero que hace en el plano internacional es invitar a Estados Unidos para que enviara sus barcos a puertos venezolanos, igual hace con otros países, incluso a finales de 1908 por motivo del surgimiento de algunos desordenes en el país pide la protección de Estados Unidos, convirtiéndose éste en protector de Juan Vicente Gómez. Por tal motivo y otros Gómez desde el principio respeto los Convenios y Tratados Internacionales firmados no solamente con Norteamérica sino con otros.

Luego hasta 1914 las relaciones internacionales llevada a cabo por el gobierno fue de respeto a los convenios ya establecidos, posteriormente con el inicio de la Primera Guerra Mundial, Venezuela se mantiene en apoyo a las fuerzas aliadas por el suministro de petróleo a los mismos. El último Pacto Roerich, firmado por Venezuela en Washington fue el 15 de abril de 1935, materializándose en el Tratado sobre Protección de instituciones artística, científicas y monumentos históricos; en esta oportunidad Venezuela estuvo representada por Pedro M. Arcaya.

Pudimos ver entonces algunos de esos hechos y personajes sumamente trascendentales y que marcaron un hito en la historia venezolana del siglo XIX. No quise profundizar más ni tampoco alargar más dicho siglo, pero ha de quedar claro en simples líneas escritas, académicamente hablando, el calvario de Venezuela y el meollo de muchos asuntos actuales.